EL ACTOR
Los focos han dañado mi vista y mi memoria.
Yo era Hamlet, don Juan o un noble caballero
del siglo diecisiete, sensual y aventurero.
Me halagaba el aplauso, despojo de la gloria.
Las fotos en la prensa, los cocktails... Era hermoso
vivir, y era tan fácil. Por dentro, el decorado
se iba ya derrumbando. (El arte lo he pagado
más caro que la vida). Fui rico y licencioso.
Tuve lo que los hombres aprecian: tuve amores,
viajé por el mundo, tuve esa cosa vil:
la fama. Y al final no sé quién soy. Adiós,
el telón va a caer por vez última. Las flores
que espero son amargas. ¿Quedará algo de mí?
En los palcos del mundo mi nombre fue el de un dios.
Felipe Benítez Reyes