A veces un arpegio que a mi estancia
Bajo esta noche azul, todas las cosas
Busco y amo lo vago, lo indecible
Cabe el sinfónico archipiélago
Casa de los abuelos, la más dulce y amada
Con pasos mesurados por la avenida fría
Cuando al recuerdo de tu amor me asomo
El alma de la tarde se anuncia en la furtiva
El dolor es el alma de las cosas
En la noche que llena mi retiro
Fue en un crepúsculo de olvido
La Catedral temblaba con el vibrar sonoro
Laura, Beatriz, Leonora, Desdémona, Julieta
Libro triste y fugaz en el que tanto
No sé si eres verdad, ni sé tampoco
Para que a mí llegase tu pie menudo y fino
Por ti me inspira miedo lo futuro
Pues que mi vida entera te consagro
Sin saberlo quizá, fuiste tan buena
Su veste era de gasas y de tules
Tarde recibo el don de tu terneza
Tú, mi novia de siempre, la lejana
Ya el otoño llegó, y aún busco aquella