INCERTIDUMBRE
No sé si eres verdad, ni sé tampoco
si tu gracia ideal, en que la nieve
la santidad de tu blancura llueve
es sólo proyección de un sueño loco
Y porque no lo sé, cuando te evoco,
visión feliz más fugitiva y breve
me pareces tan diáfana y tan leve
que para no perderte no te toco.
Mas escucha: ya sean nuestras bodas
en lo posible o lo imposible, todas
las mieles de mi ser para ti acendro;
Que por influjo de tu gracia suma
mi juventud se viste y se perfuma
de candidez floral como el almendro.
Eduardo Castillo