SUGESTIÓN
A veces un arpegio que a mi estancia
de muy lejos quizás llega perdido;
un pétalo de rosa desteñido
entre algún libro que hechizó mi infancia;
la amable sugestión de una fragancia
hacen surgir del fondo del olvido
más de un dulce recuerdo, ennoblecido
por el tiempo, la muerte o la distancia.
Uno —el más familiar— tiene el encanto
de aquellos niños pálidos que inspiran
un vago sentimiento de terneza...
Es el recuerdo, humedecido en llanto,
de unos ojos azules que me miran
como aterciopelados de tristeza.
Eduardo Castillo