TU VOZ
Tu voz encanta mi melancolía…
En mi ser vibra con vibrar que adoro
como en la fina caja de un sonoro
instrumento, su frágil melodía.
Tu voz sobre mi alma, ajena mía,
es una tribu de campanas de oro
que armonizarán su reír en coro
sobre una Canaán de poesía.
Si en el leve carrizo de una flauta
melódica infundiera mi deseo
la celeste virtud de tu voz cauta,
bajo el encantamiento de sus sones
—como en la antigua fábula de Orfeo—
la cerviz doblarían los leones.
Eduardo Castillo