NANA SILVESTRE
Nana, mi nanana,
lirio y alhelí,
que baja la noche
con su manta gris.
Nana, mi nanana,
menta y yerbabuena,
que baja la luna
con sus azucenas.
Nana, mi nanana,
toronjo y azahar,
que ya la paloma
se pone a soñar.
Y dulce está el cielo
y dulce está el mar,
y dulces los sueños
que empiezas a hilar.
Nana, mi nanana,
duerme, mi rosal.
Eduardo Castillo