A LA CATÓLICA MAJESTAD DE PAUL VERLAINE
A Rancé, reformador de la Trapa (1626-1700)
A sor Quimera. Pallida, sed quamvis pallida pulchra tamen
A veces, en sueños, mi espíritu finge
¿Adónde fuiste, Amor; adónde fuiste?
Adoremos las carnes de marfiles
AL ENCONTRAR UNOS FRASCOS DE ESENCIA
Aquella tarde, en la Alameda, loca
Aquí fue donde el rey Luis Segundo
¡Ay de mí! Cuantas veces, arrobado
Azrael, abre tu ala negra, y honda
Bellas mujeres de ardientes ojos
¡Bendita seas, Francia, porque me diste amor!
Bendita seas, por que me hiciste
Brahma no piensa: pensar limita
¡Buenas noches, mi amor, y hasta mañana!
CANTOS ESCOLARES. LOS SENTIDOS
Carne, carne maldita que me apartas del cielo
Como duerme la chispa en el guijarro
Como verte es el único ideal que persigo
¡Con ella, todo; sin ella, nada!
Crepitan ya las velas en la ría
Cristo dijo que allí donde nos reuniésemos en su nombre, estaría Él en medio de nosotros
Cuando lloro con todos los que lloran
¡CUÁNTOS DESIERTOS INTERIORES!
De qué sirve al triste la filosofía
Después de aquella brava agonía
Dios mío, yo te ofrezco mi dolor
¡Dios no ha de devolvértela porque llores!
ED: ELLA OV´E? DE SUBITO DISS´IO
EL AGUA QUE CORRE BAJO LA TIERRA
EL AGUA QUE CORRE SOBRE LA TIERRA
El agua toma siempre la forma de los vasos
El día que me quieras tendrá más luz que junio
El mal, que en sus recursos es proficuo
El que sabe que es uno con Dios, logra el Nirvana
El vapor es el alma del agua, hermano mío
¡En esta vida no la supe amar!
En las noches de abril, mansas y bellas
En nombre de tu rostro de lirio enfermo
¿Encontrará la ciencia las almas de los muertos
Era un ritmo: el que vibra en el espacio
Eres uno con Dios, porque le amas
Es preciso que tornes de la esfera sombría
Este libro tiene muchos precedentes
Eternidad: ¡devuélveme lo que me has substraído!
Grabó sobre mi faz descolorida
Ha muchos años que busco el yermo
Hasta muriéndote me hiciste bien
¡Hasta sus perfumes duran más que ella!
Hay tanto amor en mi alma que no queda
Hay un fantasma que siempre viste
Hélas! je ne suis plus un poète, un artiste
Ignoro qué corriente de ascetismo
Jesucristo es el buen Samaritano
Jesús no vino del mundo de «los cielos»
La bruma es el ensueño del agua, que se esfuma
La desventura me quitó el regalo
La muerta resucita cuando a tu amor me asomo
¡La muerte! Allí se agota todo esfuerzo
La muerte nada quiere con los tristes
La noche en que estaba tendida
LOS HÉROES NIÑOS DE CHAPULTEPEC
Los muertos mandan. ¡Sí, tú mandas, vida mía!
LOS NIÑOS MÁRTIRES DE CHAPULTEPEC
Me besaba mucho; como si temiera
Me dejaste —como ibas de pasada—
Me la trajo quedo, muy quedo, el Destino
Mi alma es una princesa en su torre metida
—Mi gota busca entrañas de roca y las perfora
¿MI SECRETO? ¡Es tan triste! ¿Estoy perdido
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida
No, no fue tan efímera la historia
¡No te amaré! Muriera de sonrojos
No temas, Cristo rey, si descarriado
O no hay alma, y mi muerta ya no existe
¡Oh muerte, en otros días, que recordar no puedo
¡Oh reyes, me trajisteis hace un año un presente
Oh Señor, Dios de los ejércitos
¡Oh, Señor! yo en tu Cristo busqué un esposo que me quisiera
¡Oh, Siddharta Gautama!, tú tenías razón
Oremos por las nuevas generaciones
Padre viejo y triste, rey de las divinas canciones
Para calmar a veces un poco el soberano
Para cubrir los peces del fondo, que agonizan
¡Para el que sufre como yo he sufrido
¡Parece mentira que hayas existido!
PASAS POR EL ABISMO DE MIS TRISTEZAS
Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza!
Perdóname, Ideal, para que pueda
Por diez años su diáfana existencia fue mía
Por esa puerta huyó, diciendo: «¡Nunca!»
¿Por qué permaneciste siempre sorda a mi grito?
¿Por qué tú que me amabas con esa multiforme
Por ti, por ti, clamaba cuando surgiste
Por tus ojos verdes yo me perdería
Porque contemplo aún albas radiosas
¡Qué importa que no sepas cómo te sigo amando
¡Qué milagrosa es la Naturaleza!
¡Qué son diez años para la vida de una estrella!
Que tus ojos radien sobre mi destino
Que ya tu juventud está marchita
¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente
¿Quién es? —No sé: a veces cruza
Rindióme al fin el batallar continuo
Santa florecita, celestial renuevo
¡Seis meses ya de muerta! Y en vano he pretendido
Señor, deja que diga la gloria de tu raza
Señor, entre la sombra voy sin tino
Señor, piedad de mí porque no puedo
—Señor, ¿por qué si el mal y el bien adunas
Señor, Tú regaste los campos de flores
Si ha de ser condición de mi dicha el olvido
Si negare alguno que Santa María
Si te toman pensativa los desastres de las hojas
Si tras el negro muro de granito
Si tú me dices «¡ven!», lo dejo todo...
Si una espina me hiere, me aparto de la espina
Sí, yo amaba lo azul con ardimiento:
Siento que algo solemne va a llegar a mi vida
Solitario recinto de la abadía
Soy un viajero que tiene prisa
Tal vez ya no le importa mi gemido
Te odio con el odio de la ilusión marchita
¡Tin, tin, tin, tin! Yo caigo del cielo, en insensato
Todo en ella encantaba, todo en ella atraía
Tu amada muerta es como una princesa que duerme
Tu brazo en el pesar me precipita
Tu cabellera es negra como el ala
Tú eras la sola verdad de mi vida
Ultima verba. El alma y Cristo
Un hilo de agua que cae de una llave imperfecta
Un Padrenuestro. Por el alma del rey Luis de Baviera
¡Ven acércate más! El campo umbrío
¿Ves el sol, apagando su luz pura
Vivir sin tus caricias es mucho desamparo
¿Y por qué no ha de ser verdad el alma?
Y vi las sombras de los que fueron
Ya no hay un dolor humano que no sea mi dolor
Ya no más en las noches, en las noches glaciales
Yo alabo al cielo porque me brindó en sus amores
Yo canto al cielo porque mis linfas ignoradas
¡Yo lo que tengo, amigo, es un profundo
Yo no debo irme: tengo que esperar
Yo no soy demasiado sabio para negarte
Yo soñé con un beso, con un beso postrero
Yo soy la movediza perenne; nunca dura
Yo soy tan poca cosa, que ni un dolor merezco...
Yo también, cual los héroes medievales
Yo tuve un ideal, ¿en dónde se halla?
YO VENGO DE UN BRUMOSO PAÍS LEJANO