I. EL FANTASMA SOY YO
Vivants, vous êtes des fantômes.
C'est nous qui sommes les vivants!
V. H.
Mi alma es una princesa en su torre metida,
con cinco ventanitas para mirar la vida.
Es una triste diosa que el cuerpo aprisionó.
Y tu alma, que desde antes de morirte volaba,
es un ala magnífica, libre de toda traba...
Tú no eres el fantasma: ¡el fantasma soy yo!
¡Qué entiendo de las cosas! Las cosas se me ofrecen,
no como son de suyo, sino como aparecen
a los cinco sentidos con que Dios limitó
mi sensorio grosero, mi percepción menguada.
Tú lo sabes hoy todo...; ¡yo, en cambio, no sé
nada!
Tú no eres el fantasma: ¡el fantasma soy yo!
5 de abril de 1912
Amado Nervo
Y en Obras completas, Madrid, Aguilar, 1972 (Los Grandes Clásicos).