¿A qué romper los apretados lazos
Arriba, el sol en llamaradas rojas
¡Átomos de mi espíritu dispersos
Azul cobalto el cielo, gris la llanura
Cierra el piano: las cadencias
Como corre la sangre de la herida
¡Cómo dices los versos! ¡Cómo dices
De toda tu belleza en mí solo perdura
Dijo entonces: «Amor, gloria, riqueza
El pastor su rebaño en el redil encierra
En otros tiempos, tiempos mejores
En un rincón del parque, en lo más hondo
Es un poeta el viento, tiene en las rejas
Están los dos, frente a frente
Este es el muro, y en la ventana
Insisto, no importa, mi pasión es terca
¡Madre, madre, aquí estoy. Cuando la suerte quiso
No labraré tu busto sobre carrara
No mires el paisaje, parece un cromo
No te vayas, espera, no es la hora
Parece el mar de bronce, y sobre el cielo obscuro
Que los recite en público quien pueda
Ser feliz; ¡ser feliz! Nadie lo ha sido
Si al perderse en el aire las notas
También el alma tiene lejanías
Tú no debes reír, deja que ría