LA FIEBRE
No te vayas, espera, no es la hora;
Abrázate a mi cuerpo;
Cuando te vas me quedo solo y triste
Y vuelven los recuerdos.
Las obscuras cortinas de la alcoba
Me parecen espectros;
En el aire hay cabezas que se ríen.
Espera... A ver si duermo...
¿Que vaá venir? ¿Quién? ¿Ella?
¿Te burlas? ¡Tienes celos!...
¡Cómo quieres que venga, si le han dicho
Que la vas a matar, y tiene miedo!
1895
Francisco A. de Icaza