LA FLOR DEL LOTO
En un rincón del parque, en lo más hondo
De la nave de ramas, donde pierde
La luz su resplandor y es bruma verde
Que disipa los términos del fondo,
Al pie de la ruinosa escalinata
Que la hierba invadió, y en el arranque
Del arco que borroso se retrata
Entre el musgo que flota en el estanque,
Crece el nelumbo azul, indiferente
A los ojos profanos, y sumido
En todos los recuerdos del Oriente.
¡Él, cuyo zumo amargo causa olvido!
Cuna, emblema y adorno de las diosas
Fue en Menfis, Benarés, Tien-tsín y Kioto
¡Y siente la nostalgia de las cosas!...
¡Y hasta se queja en su lenguaje el loto!
1898
Francisco A. de Icaza