LA ALMOHADA
Óyeme atenta y callada,
Y ya verás, alma mia,
Si tiene o no poesía
La canción de la almohada.
Y déjame que celebre,
Como en mis rimas intento,
A la que vio mi contento,
Á la que veló mi fiebre,
Conoce mis ambiciones,
Y ha mirado en mi cabeza
Las sombras de la tristeza
Y el enjambre de ilusiones.
Testigo de mis desvelos,
De mis penas confidente,
Vio mis insomnios de ausente
Torturado por los celos,
Y hoy guarda de tus hechizos,
Mañana, quizá la suerte
Trunque el poema risueño,
Y aquí durmamos el sueño
Más profundo: el de la muerte.
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Me oíste atenta y callada;
Yo no sé si lograría
Expresar la poesía
Del canto de la almohada.
1895
Francisco A. de Icaza