A los pies de tu cama, como un perro
A veces me pregunto dónde estarás ahora
A veces me pregunto: "¿Qué habrá sido
A veces se ilumina lo que es sombra, otras veces
Acaso está lloviendo también en tu ventana
Ah, ya no tengo tiempo de mirar el crepúsculo
Ahora que ya te fuiste, te diré que te quiero
Ala y raíz: la eternidad es eso
Allí estaba el Silencio, de rodillas
Alza la mano y siembra, con un gesto impaciente
Ama tu verso, y ama sabiamente tu vida
Amamos porque sí, sencillamente porque sí, sin saberlo
Amar —nadie lo ignora— viene a ser como un juego
Amigo: Sé que existes, pero ignoro tu nombre
Amo esta calle, y amo sus tristes casas
Aquí, junto a este río, tu ausencia es más ausente
Aquí, sin ti, ya sé lo que es la muerte
Aquí, solo en la noche, ya es posible la muerte
Árbol, buen árbol, que tras la borrasca
Arquero de la noche, con un gesto arrogante
Así como un verdor en el desierto
Así estás todavía de pie bajo la lluvia
Así, verte de lejos, definitivamente
Aún alegran tu calle los viejos mediodías
Ay, sólo un hombre y una mujer en la noche, bajo la lluvia!
BALADA DE LAS RECAPITULACIONES
BALADA DEL BUSCADOR DE TESOROS
Buen árbol que perdiste bruscamente los dones
Buena suerte, muchacha. Lucirás muy bonita
Caronte, piloto del fúnebre río
Como el clavel del patio estaba seco
Como quien boga contra la corriente
Como un verde tentáculo que se alarga de sed
Con la simple palabra de hablar todos los días
Cuando todas las cosas existían sin nombre
Cuando vengan las sombras del olvido
De aquella extraña noche que no fue tuya y mía
Debo burlarme de mí mismo, vagabundo con pasaje de ida y vuelta
Déjame ser tu espejo... te supliqué aquel día
Dejé mi copa en el brocal maldito
DEL JARDÍN DEL EDÉN A LA MAGIA DE LA POESÍA II
DEL JARDÍN DEL EDÉN A LA MAGIA DE LA POESÍA XXI
Desde este mismo instante seremos dos extraños
Di que mi amor ha muerto de una forma habitual
Dios no lo sabe, pero yo estoy triste
Diré que junto a un árbol resplandece una hoguera
Donde quiera en las noches se abrirá una ventana
El agua del río pasaba indolente
El beodo narraba dificultosamente
Ella no fue, entre todas, la más bella
En el áureo esplendor de la mañana
En el hondo silencio de la noche serena
En el pequeño ramo de azucenas
En el recogimiento de la tarde que muere
En el tronco de un árbol voy a grabar tu nombre
En la sombra de un sueño donde se estanca un agua turbia
En mitad de la noche sombría y tempestuosa
En ti recuerdo una mujer lejana
Entonces, todavía tu voz me sabrá a luego
Entre el ramaje en flor del limonero
Entre la imperturbable quietud de la alameda
Entre la muchedumbre que ríe y se divierte
Entre todos mis libros, es éste el que prefiero
Era bella, muy bella. No fue mía
Era el silencio miel sobre seda
Era mi amiga, pero yo la amaba
Era un vetusto templo de ennegrecidos muros
Érase un verde bosque de eterna primavera
Eres tan misteriosa como la voz del viento
Erguida en tu silencio y en tu orgullo
Es triste la tristeza de este cauce vacío
Es un horror sin nombre y un silencio profundo
Esa mujer que ya no va conmigo
«Esa mujer que yo he de amar un día
Espero tu sonrisa y espero tu fragancia
Está bien, vas con otro, y me apeno y sonrío
Esta noche estoy solo, es primavera, y llueve
Esta noche pasaste por mi camino
Esta vieja canción que oí contigo
Este domingo triste pienso en ti dulcemente
Estoy aquí, contigo. Y pienso en ti, a tu sombra
Eva esbelta y alegre, dueña de locos ríos
Finge con fiero orgullo la sonrisa del fuerte
Fue breve aquella noche. Fue breve, pero bella
Fue más allá del mar... Aquel crepúsculo
Fue mía una noche. Llegó de repente
Gota del mar donde en naufragio lento
Gracias, amor, si hiciste que lloviera
Hay que cortar la rosa, pues de cualquier manera
Hay que decirlo: el alma no es la plácida fuente
Hay siempre una señal, en un momento
Hay un primer amor, hermosa dama
He aquí dos rosas frescas, mojadas de rocío
He buscado en mi corazón el instinto de la simiente
He callado largamente para escuchar mejor las voces
He empezado cien veces este poema cruel
Hora de soledad y de melancolía
Hoy hace un año, justamente un año
Íbamos en la noche con tu sueno y el mío
Iban diez mil soldados bajo la lluvia
Inesperadamente tu amor llega a mi vida
La nieta del mendigo suspira amargamente
La noche está soñando que es azul. Todo duerme
La vi pasar con otro... Su semblante
La vida pasa; la vida rueda...
Las riendas de mi vida las sujetan tus manos
Leyendo un libro, un día, de repente
Llamarada de ayer, ceniza ahora
Los navegantes se bambolean sobre las rutas
Los que vieron la dama luciendo aquella rosa
MADRIGAL DE LA LLUVIA DE ABRIL
Mañana será nunca para todos los días
Me costaba trabajo desatar aquel nudo
Me llegabas en la brisa y en la espuma
Melancólicamente, en tu faz contraída
Mía.... Así: más que todo y casi nada: mía
Mi corazón no sabe lo que espera
Mi corazón se queda aunque mi amor se vaya
Mi corazón se siente satisfecho
Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema
Mi viejo corazón toca a una puerta
Mira esa lenta nube, mira esa flor lozana
"Mirad: Un extranjero..." Yo los reconocía
Morir de muerte en flor toda la vida
Muchacha de una noche de viento y hojas secas
Mujer: pues sobre todo lo infranqueable y lo triste
Navegante del alba, naufragaré por la sombra
No con altos ejemplos se modela
No despiertes jamás para vivir tu sueño
No envidiéis mi alegría, mi salud ni mi canto
No existe el Tiempo: Existe su medida
No hace falta que llueva como llueve este día
No, nada llega tarde, porque todas las cosas
No, no despiertes jamás para vivir tu sueño
No, no despiertes nunca para vivir tu sueño
No, nunca fue lo oscuro tan oscuro
¡No! Nunca fue mi mano más lenta que en la hora
No sé por que he venido de nuevo a la alameda
Nuestro amor ya es inútil como un mástil sin lona
NUEVOS CUARTETOS DEL TRANSEÚNTE
Nunca más caminando por las calles vacías del parque invernal
Os digo que estas cosas no pueden decirse de otro modo
Otra vez, esta noche, vi tu mano en la mía
Otra vez tus caminos me llevan hacia el alba
Para alfombrar mi viaje hacia tu sombra
Para aliviar la angustia vulgar de tanta prosa
Pasarás por mi vida sin saber que pasaste
Por la sierra, una tarde, pasaba el Campeador
Por ti escribo estos versos, aunque no sé quién eres
Por un agua de hastío voy moviendo estos remos
Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo
Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía
¡Qué clara la mañana! ¡qué fresco y delicioso
Qué dulce, si lloviera de repente
Quién nos hubiera dicho que todo acabaría
Quizás estando sola, de noche, en tu aposento
Quizás olvidaremos, pues siempre hay que olvidar
Quizás pases con otro que te diga al oído
Quizás te diga un día que dejé de quererte
Recuerdo bien que te cerré la puerta
Recuerdo un pueblo triste y una noche de frío
RESPUESTA AL POEMA DE LA CULPA (EL OTRO)
RESPUESTA AL POEMA DE LA CULPA (ELLA)
Sabemos lo que es triste por algo que se ha ido
Se deja de querer, y no se sabe
Señor, yo no soy digna siquiera de rogarte
Señor, yo soy el otro que también la quería
Señora: Es el crepúsculo. No importa si un retoño
Señora; según dicen, ya tiene usted otro amante
Será algún día, sólo sé que será algún día
Sí. Don Juan está triste, porque empieza a ser viejo
Sí, ya sé que me han visto como un fantasma extraño
Sobre el vasto silencio se proyectó mi grito
Solitario en la sombra como un furgón vacío
Solo bajo los astros, te digo que estoy triste
Sólo tú y yo sabemos lo que ignora la gente
Somos agua, aire y sal, como la espuma oceánica
SONETO (De Guillermo de Almeida)
Sonríe, jardinera, si en el surco te inclinas
Soñar es ver la vida de otro modo
Tal vez guardes mi libro en alguna gaveta
Tal vez por un capricho más triste que galante
Tardíamente, en el jardín sombrío
Te acordarás un día de aquel amante extraño
Te contaré la historia del bergantín sombrío
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía
Te encontré en la mitad de mi camino
Te envidio, hombre que pasas en el atardecer
Te irás, tal vez; te irás, como una barca
Te miraba acostada con mis ojos de bueno
Te propongo un pacto de amor trascendente
Te sentí, como el viento, cuando pasabas ya
Tendido sobre el lecho veo allá lejos, mis pies
Tendrá que suceder, hoy o mañana
Todavía te busco, mujer que busco en vano
Todo aquel artificio de que antaño hice gala
Todo es igual y siempre: Yo, la noche, el olvido
Todo lo dije, en llanto y alegría
Triste es saber que nuestra vida es sólo
Tu amor arde en la sombra como una llama lenta
Tú dices que has vivido, quizás. Puede ser cierto
Tu indiferencia aumenta mi deseo
Tu vida es como un pozo que se queda vacío
Un amor que pregunta, si es virtud o es pecado
Un gran amor, un gran amor lejano
Un hijo... ¿Tú sabes, tú sientes qué es eso?
Una palabra simple es suficiente
Una ventana abierta. La lluvia. Y un lejano recuerdo
Únicamente el río conoce tu secreto
—«Vamos, que se hace tarde...»— me dijiste
VARIANTE DE UNA CANCIÓN ANTIGUA
Veinte años, amiga. Y hoy al verte de lejos
Vengo de tu jardín de altos aromas
Vengo del fin y voy hacia el principio
Vengo del fondo oscuro de una noche implacable
Vete como quien llega, pero vete
Viajé por las tinieblas para inventar la llama
Viejo lobo de mar, de sed sorda y violenta
Viendo pasar las nubes fue pasando la vida
Vivir de amar, y el corazón sin dueño
Voy andando en el tiempo de otro día
Y ante mi abrazo te sentí rendida
Y cerraré los ojos para siempre, algún día
Y comenzamos juntos un viaje hacia la aurora
Y de repente en la mansión vacía
Ya era muy viejecita... Y un año y otro año
Ya no sé bien el sitio ni la hora
Y vendrán nuevos hombres y poblarán la tierra
Y ya ves: yo estoy solo, murmurando tu nombre
¿Ya has soñado una meta o elegido un camino
Ya no está bien que mi cabeza cana me haga más viejo
Ya se abre el palacio de ébano de la noche
Ya tengo, al fin, la llave de esa puerta
Ya todos la olvidaron. Ahora sí que se ha ido
Yo aprendí a destapar sarcófagos y arcones
Yo cantaré algún día la angustia verdadera
Yo estaba allí, con otra. Y de repente
Yo he besado el capullo de tu boca jugosa
Yo he visto, a veces, cosas que no han sido
Yo he visto perlas claras de inimitable encanto
Yo he vivido mi vida: si fue larga o fue corta
Yo iba andando en la sombra y de repente
Yo la amé, y era de otro, que también la quería
Yo le entregué mi corazón al viento
Yo no sé si tú esperas todavía
Yo sé que tú eres de otro. Y, a pesar de eso, espero
Yo seguiré cantando mientras crecen los árboles
Yo seguiré soñando mientras pasa la vida
Yo sigo enamorado de la estrella
Yo soy aquel que vio pasar su entierro
Yo soy borracho. Me seduce el vino
Yo soy como un viajero que no duerme
Yo vi la noche ardiendo en su tamaño