A DOÑA SYLLA SILVA DE MAS Y PI
A veces, miro un poco entristecido
Accede, te lo ruego así. Dejemos
¡Ah, si volvieras! ¡Cómo te extrañan mis hermanos!
¿Ahora el otro? Bueno, a ese paso
Al astrólogo ensueño, sus novias: las estrellas
Algunos se hacen malas suposiciones
Amada, estoy alegre: ya no siento
Anoche la enferma se fue de la vida
AQUELLA VEZ QUE VINO TU RECUERDO
Así anda la pobre, desde la fecha
Así la llaman todos los chicos de Palermo
Ayer en la taberna, tristemente
Ayer la vi, al pasar, en la taberna
Caballero de Friburgo, de un castillo de aventuras
CAPERUCITA ROJA QUE SE NOS FUE
Como nada consigue siendo prudente
Como otras veces cuando la angustia
Como ya en el barrio corrió la noticia
Con el más reposado y humilde continente
Con la vista clavada sobre la copa
Con un blando rezongo soñoliento
Conque está decidida ¿No te detiene nada?
Cuando escucho el rojo violín de tu risa
¡De todo te olvidas! Anoche dejaste
¡Déjala, prima! Deja que suspire
Dejó de castigarla, por fin cansado
Desde hace una semana falta ese parroquiano
Dijo anoche, su canto de muerte
El barrio le admira. Cultor del coraje
El gringo musicante ya desafina
EL HOMBRE QUE TIENE UN SECRETO
El libro sin abrir y el vaso lleno
El otoño, muchachos. Ha llegado
EL SILENCIOSO QUE VA A LA TRASTIENDA
En la gran copa negra de la sombra que avanza
En medio del gentío ya no hay quien pueda
En un carro triunfal hecho de auroras
En un largo alarido de tristeza
Entra sin miedo, hermana: no te diremos nada
Está lloviendo paz. ¡Qué temas viejos
Francamente, es huraña la actitud de este obrero
Frío y viento. Ya en la casa miserable
Fue al surgir de una duda insinuativa
Fuma de nuevo el viejo su trabajosa
Has vuelto, organillo. En la acera
Hay que cuidarla mucho, hermana, mucho
Hoy el hogar no tiene la habitual alegría
Hoy es un día horrible. Ya es valiente
Hoy ha tosido mucho. Van dos noches
Hoy recibí tu carta. La he leído
La casa amaneció triste, callada
La costurerita que dio aquel mal paso
LA COSTURERITA QUE DIO AQUEL MAL PASO
La dulce voz que oímos todos los días
La enferma abrió los ojos cuando la hermana
LA ENFERMA QUE TRAJERON ANOCHE
LA FRANCESITA QUE HOY SALIÓ A TOMAR EL SOL
La góndola volvía. Frente a frente
La mesa estaba alegre como nunca.
LA MUCHACHA QUE SIEMPRE ANDA TRISTE
LA MÚSICA LEJANA QUE NOS LLEGA
LA QUE SE QUEDÓ PARA VESTIR SANTOS
LA SILLA QUE AHORA NADIE OCUPA
Las rosas del balcón eran celosas
Les tiene preocupados y triste la tardanza
Llegaba la noche con tono violento
Mambrú se fue a la guerra ¡Vamos, linda vecina!
Me gusta verte así, bajo la parra
Me obseden tus manos exangües y finas
Mientras dice la lluvia en los cristales
¿No me respondes? Te han dicho
No. Te digo que no. Sé lo que digo
Nos eres familiar como una cosa
¡Oh, señora: gentil dama de mis noches!
Por el largo insomnio que tanto desvelo
Porque después del golpe vino la airada
Porque en las partituras de su garganta
Porque esta hora todos la vivimos contigo
Porque hasta mí llegaste silenciosa
Porque hoy has venido, lo mismo que antes
Pues, aquí estoy señores. Pues yo soy Andresillo
Que este verso, que has pedido
¡Qué tarde regresas! ¿Serán las benditas
Regresan de la era. Se oyen cercanas
Reíd mucho, hermanitas, reíd con esa risa
Si de estas cuerdas mías, de tonos más que rudos
Si te sientas como anoche junto al piano
Sí, vecina: te puedes dar la mano
¡Siempre el mismo! Ingrato. Te parece poco
Sobre la acera, que el sol escalda
Todos están callados ahora. El desaliento
Un instante no más. Vengo a cantarte
Un poco paliducha y adelgazada
Una luz familiar, una sencilla
Una noche de invierno, tan cruda
Vencía la sombra. Misterio, llegando
Ya la tarde libra el combate postrero
Ya llegan cansados en rondas hambrientas
Ya lo sabemos. No nos digas nada
Ya los de la casa se están acercando
Ya tienes arrugas, ¡Qué vergüenza! Bueno