EN EL CUARTO DE LA NOVIA
Se levantaron de la mesa
y fueron a ver el vestido
de la novia:
¡Qué lindo estaba,
tan blanco, tan blanco! ¡Qué lindo!
¿Y la novia? ¡Ay, la novia! Cómo
tenía de alegre la cara
Todos los ojos la miraron
Y ella se puso colorada.
«¡Señora, señora!»
Le llovieron
las alusiones y las bromas
de las muchachas. ¡Qué palabra,
qué palabra tan dulce! : ¡Novia!
Alguna recordó entre burlas
ingenuas lo del primer beso:
«¡Había que verla, muchachas!
Valía la pena, por cierto».
Y cuando empezaba:
«Una noche».
Se le heló en los labios la risa.
¡Ave María! ¡De qué modo
más raro miraba la prima!
Evaristo Carriego