Aún quedan viejas tapias en el mundo
Cálida voz despierta en tu dulzura
Con mi niñita nueva bajo el brazo
CONSIDERANDO las cláusulas de allanamiento
De pronto, trabajando, comiendo, paseando, me encuentro la mirada del perro
Qué bien que ya no cantas qué bien que ya no hablas
Qué bien sé lo que quiero: sólo un trozo —con rocas
Sabemos que está aquí, dorando las distancias
Somos blancos y olemos a blancura irreparable
Termina la mañana como una calle en cuesta
Tú estás en ese taxi parado, sí, eres Tú