A J.J. QUE AHORA CONTEMPLA, SIN DOLOR, ESE PAISAJE QUE AMÓ TANTO
Aprovecha esas alas que te brotan ahora
Búscame en ti. La flecha de mi vida
Carta a San Juan de la Cruz (fragmento)
Cuando se nos relevan las rosas de aquel tiempo
DÉCIMAS DE LA MUERTE EN DIOS 1
¿Era isla volante o sordo cataclismo
Era un bello silencio, un silencio divino
Goce íntimo y quedo en que el alma se admira
Inercia de la muerte. ¡Qué distancia
Iré a tus manos, limpia, indemne, sin memoria
La fuente mana y corre igual que lo dijiste
La tarde gris y triste me agobia
No hay hombres que son islas, ni islas que son hombres
¿POR QUÉ HUYEN TODAS LAS ISLAS?
Puliré mi belleza con los garfios del viento
Señor, espada candente que cercenas
Seré tuya sin ti el día que los sueños
Te esperaré apoyada en la curva del cielo
¡Toda la primavera dormía entre tus manos!
Todas las soledades -grises víboras- muerden
Tú no sabes aún que he cercado tu orilla
Voy a arraigar en ti. Mis fuerzas más oscuras
Y quisiera ser isla, un signo que persigne
Y si las islas huyen quedarán mares solos
Y te quise traer un ciprés de Castilla