LLAMA EL INVIERNO, TÍMIDO SI PURO
Llama el Invierno, tímido si puro,
muda voz de cristal, lágrima dura,
y hace temblar la llama que perdura
visible apenas en el monte oscuro.
Abrámosle la puerta. Halle el seguro
tibio recinto, dulce en la ventura
de la mano tendida en que madura
la semilla del Tiempo su conjuro.
Llegue a nosotros tímido y discreto.
Hablen sus nieves el lenguaje mudo
con que viene a confiarnos su secreto.
Ya nace un año más —niño desnudo—.
Que los catorce versos del soneto
vistan su cuerpo y sírvanle de escudo.
1959
Salvador Novo