PAGANA
No os ofendáis, señora,
Porque esta vez a vuestro oído llega
El verso amante del que en vos adora
Las formas sólo de la estatua griega.
Dejad que en mi alma esculpa
Vuestro perfil olímpico de diosa
Con cinceles de amor. ¿Tengo la culpa
De que sea yo artista y vos hermosa?
Arte soy; vos, belleza;
Y dejaros de amar fuese un ultraje:
No grabaré mi nombre en la corteza,
Pero quiero dormir bajo el follaje...
¿No os place ver la estatua
Oue en el museo artístico descuella,
No neciamente desdeñosa y fatua,
Pero como segura de ser bella?
A mí me place el firme
Molde en que se vació vuestra hermosura.
¡Bajo el golpe traidor quiero morirme,
Como César, al pie de una escultura!
Por eso, ya que en vano
Os quisiera estrechar de ardores lleno,
Dadme ese traje que ceñís tirano
En que resalta vuestro ebúrneo seno.
Hundiera en él mi frente;
Y aspirara, con fiebre voluptuosa,
El perfume impregnado que se siente
Corno una tibia emanación de rosa.
¡Sí! Yo os quiero mirar, señora mía,
Desnuda al fin correr por el boscaje.
Diosa desnuda de la selva umbría:
Tal vez mi sombra os servirá de traje...
1900.
José Santos Chocano