DESPRECIO
(A L. Torres Abandero)
Ya sin odio ni amor, la fe perdida,
la sonrisa borrada y seco el llanto,
cuando duerme Saúl le corto el manto
y prosigo mi marcha imerrumpida...
¿Para qué la venganza? Ya la herida
se olvidó del puñal... ¡Ya el postrer canto
el cisne, enfurecido del espanto
lanzó sobre las charcas de la vida!
Cansado ya de este combate recio,
todo lo juzgo y lo desprecio todo,
desde la excelsltud de mi desprecio;
y mi desprecio en colosal marea,
sobre toda montaña sube un codo
y sobre todo espíritu una idea...
1894.
José Santos Chocano