RESURRECCIÓN
¡Oh víctima triste de estúpida guerra, que yaces dormida!
¡oh aldea arruinada que en polvo infecundo descansas la frente!
¿por qué no te empinas; y rompes, con soplos de espíritu ardiente,
la paz del sepulcro, que bajo la losa te tiene oprimida?
Los viejos campeones con mano crispada, se tapan la herida,
y siguen luchando, con toda la furia de su alma valiente:
preciso es ¡oh aldea! que te alces airada también de repente,
y sigas la lucha, la bárbara lucha de toda la vida...
¡Camina! Es preciso marchar con el rumbo que lleva el Progreso:
preciso es que, a impulsos del ansia, deslumbres mañana, si hoy brillas,
llevando en las sienes de un sol sin desmayos prolífico beso.
¡Sacude la niebla! Ya el sol en tu rostro se empina y se agranda;
y allá... sobre el flanco del morro, en las tristes y abiertas orillas,
te gritan las olas golpeando las peñas: —¡Levántate y anda!...
José Santos Chocano