MONTE Y CAMPIÑA
El viejo monte pensativo y triste
contempla la campiña, que es su amada...
La campiña de flores se reviste;
y, al sentirse fecunda,
sonríe con sonrisa perfumada.
El viejo monte, en plácidos amores,
contempla su campiña con verdura,
con hojas y con flores;
pero recuerda al matador Otoño
que arranca de raíz esa hermosura.
Surge el Oloño y reina. Hoy la campiña
ante el monte de luto se reviste.
La campiña eres tú ¡oh hermosa niña!
y yo soy, niña hermosa,
el viejo monte pensativo y triste...
José Santos Chocano