PUESTA DE SOL
Crepuscular el ritmo que se esfuma
tiembla sobre el matiz del firmamento.
Se cuajan los fantasmas de la bruma
y se entibian las ráfagas del viento...
La bruma azul ahoga los reflejos
y de vagos espíritus se llena;
y la isla dibuja allá a lo lejos
las formas de hiperbólica ballena.
El latido del mar sube y se exalta,
y cesa luego en aire religioso;
y el verso, como un duende, brinca y salta
jugando con la espuma del coloso.
La espuma festonada de la ola
me acaricia en sus bruscos desaliños;
las rimas entreabren su corola;
los astros hacen sus primeros guiños...
Sentado en un peñón, tal vez parezco
así como un espíritu maldito;
y en mi sombra hacia tierra, crezco y crezco
y crezco hasta llegar a lo infinito.
Oscilan entre mi alma ansias inquietas;
y atráenme en sus fuerzas alternadas,
ya el cielo con sus típicas siluetas,
ya el mar con sus groseras carcajadas.
¡El sol y el mar con ansias amorosas,
tocándose al poniente en dulce exceso,
ensayan variaciones caprichosas
sobre la gama espiritual del beso!...
José Santos Chocano