EN EL COMEDOR
Mágico hervor, que se dilata en torno,
saltar hace la nota cristalina
de la ancha copa, que el aldeano empina,
del carnaval por el feliz retorno.
Es un arado el singular adorno
único que impresiona la retina;
y allá, tras de la puerta, se adivina,
caduco, ahumado y ceniciento un horno.
Hoy es Pascua. Hoy del sol al postrer lampo,
bebe una misma copa con su amada
el labrador, por la salud del campo;
y hoy a la cena la Embriaguez asiste,
danzando al rededor de una colgada
ave sin plumas, retorcida y triste.
José Santos Chocano