EN DESCANSO
Tendido está el gañán. En su sereno
rostro de paz resbala una sonrisa,
mientras lo cubre jugueteando el heno
con los extraños juegos de la brisa.
El sol va combatiendo en retirada.
Los árboles sacuden la cabeza;
y empínanse, la copa iluminada,
abriéndose de brazos con pereza.
Y la tarde, poniendo como huellas
sombras cargadas en las anchas fosas,
enterró al sol, habló con las estrellas
y acarició las frentes sudorosas...
El tendido gañán, lleno de asombro,
al fin se incorporó. Y hacia su nido
por las campiñas, con el hacha al hombro,
cruzó lanzando su especial silbido.
La noche hallole bajo un árbol viejo
junto a su choza, en actitud serena,
viendo de un charco en el redondo espejo
el ancho rostro de la luna llena...
José Santos Chocano