LOS MOLINOS
Allá se ven de la vecina aldea
las burladoras aspas de molino,
girando arrebatadas y sin tino,
con fe que impulsa y rabia que jadea.
Una estrofa en las aspas voltejea,
lanzando al cielo el cántico divino
del hombre triunfador sobre el Destino
y del viento enfrenado por la Idea.
Cuando, entre las penumbras de la tarde,
veo allá... los molinos, donde en vano
un gran beso de sol palpita y arde,
¡espero ver que de las aspas brote,
sobre flaco rocín, y lanza en mano,
el tipo espiritual de Don Quijote!...
José Santos Chocano