LA CULEBRA
Bajo la yerba se desliza y salta,
rompiendo el tallo y profanando el nido,
en zig zag caprichoso y aturdido
como presa de fiebre que la exalta.
Al rededor de la robusta y alta
encina secular trepa, sin ruido;
y enroscada después, lanza el silbido
alentador de la primera falta...
Entre los sueños de mi mente oscura,
triunfante en el macábrico dominio,
la he mirado surgir reseca y dura;
y vibrar en los aires, empuñada
por el Genio infernal del Exterminio,
matadora y viril, como una espada.
José Santos Chocano