EN LA CAMPIÑA
La campiña se tiende cortada a tajos
el arroyo circula bajo las plantas;
y en raudos borbotones ríe y murmura,
con los gorjeos roncos de cien gargantas.
Las flores vanidosas hinchan su cáliz;
los árboles se empinan llenos de orgullo;
y entre las ramas secas, tiembla el gusano
envuelto en la blancura de su capullo.
La araña trepadora teje sus hilos,
y sus tendidas redes presto enmaraña;
y hay con cada tejido mil flbras de oro;
y una gota de fuego con cada araña.
Retemblando y ocultas a ras de suelo,
pálidas y modestas y pudorosas,
las violetas se juntan formando grupos
como ramilletitos de mariposas.
Resplandecen los picos de las montañas;
castiga el sol los campos como un verdugo;
canta el ave; la lampa se hunde en el polvo;
y al surco va el arado y el toro al yugo...
José Santos Chocano