LA QUEBRADA
Es la quebrada una insolente brecha
que con tajo viril corta el camino,
y rauda precipítase y sin tino
hacia el mar que encogiéndose la acecha.
Ante el mar la quebrada se despecha,
al no poder seguir en su destino;
se contrae con golpe repentino;
y se abre, como un libro, al fin deshecha.
Ella que luce en fértiles adornos,
de vida tropical, fuerzas extrañas,
turbando la aridez de los contornos
fecunda todo en su interior abierto,—
¡cual madre que se abriera las entrañas
para darle calor al hijo muerto!
José Santos Chocano