EN EL CIRCO
Opulento rumor el aire atruena;
vibra el sol sus belígeros fulgores;
y se apiñan plebeyos y señores
en el abierto circo. El clarín suena.
Entre los gritos de la turba obscena,
comienzan a escribir los gladiadores
la epopeya inmorlal de sus dolores
sobre una triste página de arena...
¡Oh amada! Si fatídico y sañudo
caigo, de este combate en los despojos,
como buen gladiador sobre el escudo,
al mirarme expirar, corre prolija
a postrarle ante mí; ¡y así en los ojos
tendré tu imagen para siempre fija!...
José Santos Chocano