LA VIDA NÁUFRAGA
Busco, obstinadamente, sólo un metro cuadrado
de tierra, en que los hombres me dejen levantar
una torre muy alta, como nadie ha soñado...
¡Y cuando, al fin, lo encuentro, la vida me echa al mar!
Sólo un metro cuadrado busco de tierra firme...
(Tal el «punto de apoyo» que pidió el sabio aquél):
que en él si no la torre que soñé construirme,
plantarían mis manos un rosal y un laurel.
Cuantas veces me empeño por poner a mi ensueño
una base tranquila, cierta voz dice: —¡Andar!
En vez de árbol que arraiga, soy apenas un leño
condenado al insomnio convulsivo del mar...
Este metro cuadrado que en la tierra he buscado,
vendrá tarde a ser mío. Muerto, al fin, lo tendré...
¡Yo no espero ya ahora más que un metro cuadrado
donde tengan un día que enterrarme de pie!
José Santos Chocano