LÁPIDA
Este soneto es una lápida resonante,
que sujeta su mármol con remaches de oro:
cuatro ángulos de acero concluyen su decoro
en cuatro solitarias estrellas de diamante.
Catorce veces firme se ajusta el consonante
sobre la fosa llena de un épico tesoro;
y el golpe del martillo, que el hueco hace sonoro,
finge un fracaso de armas en una Edad distante.
Así cubre este mármol los restos hora inertes
de aquel heroico grupo del gran desfiladero,
con sus trescientas glorias en sus trescientas muertes;
y ostenta cincelado, cual fúnebre letrero
que arranca desde el fondo de las Edades fuertes,
un grito que de pronto detiene al Pasajero...
José Santos Chocano