CRISOL
Muchas veces me han dicho que al escuchar mis cantos
se imaginan a un hombre que ha venido del Sol.
Mis estrofas resaltan como imperiales mantos
o corazas buñidas de sangriento arrebol
o coloniales pompas de artísticos encantos:
tres épocas fundidas en un mismo crisol.
A veces sueño en una distribución de tierras
bajo de mi áureo cetro: tal un poder sin guerras,
autoridad sin yugos, dominación sin ley;
y como en vez del cetro la lira está en mi mano,
al preludiar mis notas de indígena o de hispano,
una mitad soy Inca y otra mitad Virrey.
A veces sueño en una Conquista luminosa
en que la espada es lampo y en que la herida es rosa,
y la visión evoco de mi nativo lar;
y como las dos razas en mi canción auno,
cuando no un héroe incaico, me imagino ser uno
de esos hombres antiguos que pasaron el mar...
Los Virreyes, los Incas y los Conquistadores
renuevan los alardes de sus tiempos mejores
al par dentro mis venas y dentro mi canción;
por eso es que, en mis ratos de augustas altiveces,
entre otros viejos nombres, también escucho a veces
sonar mi nombre como si fuese un medallón...
José Santos Chocano