EL PASEO DE AGUAS
(ASUNTO LIMEÑO)
Dijo al Virrey la Perricholi un día:
—Si te seducen mi morena frente,
mi boca de granate y la elocuente
luz de los ojos que mi amor te envía,
si mi busto provoca tu ardentía,
dame un espejo, asombro de la gente,
donde pueda mirarme dignamente
cada vez que me llames: Alma mía.—
Y respondió el Virrey: —Toma esta mano.
Te prometo un cristal digno de un hada,
con alegres y límpidos reflejos.
Haré un «Paseo de Aguas» veneciano,
para que te contemples retratada,
no en uno solo, sino en mil espejos.—
José Santos Chocano