EL ESTRECHO DE MAGALLANES
El capitán osado navega en la insegura
noche del mar. Su barco, de crujidora quilla,
que ve, de pronto, abierta la trágica cuchilla
de un monte en dos partido, por ella se aventura.
Las velas se desgarran y hay vientos de locura;
allá, hacia un lado, a veces, una fogata brilla;
y enronquecidos lobos, desde una y otra orilla,
hacen sonar sus gritos sobre la noche obscura.
Las olas ladran... ladran... en los abruptos flancos;
y, envueltas en espumas, parecen perros blancos
contra los lobos negros en las riberas solas...
Y el barco sigue... sigue...; y, al proseguir de frente,
como iban separándose ante Moisés las olas,
se van también abriendo las tierras lentamente...
José Santos Chocano