Así, no es de extrañar la profusión de carteles en el cuarto del autor. Círculos, cubos, cilindros
rápidamente fragmentados nos dan una idea de su rostro cuando la luz lo empuja; aquello que es su carencia de dinero se transforma en
desesperación del amor; cualquier gesto con las manos se transforma en piedad.
Su rostro, fragmentado alrededor de él, aparece sometido a su ojo que lo reordena, el caleidoscopio ideal. (O sea: la
desesperación del amor, la piedad, etc.)
Roberto Bolaño