TORMENTA EN LEÓN
A Antonio Colinas
¿Tu fuerza es la tormenta o es tu nube la música
que vierten desde el órgano de los emplomados caños,
el clarín de batalla, los nasardos grotescos,
hinchando como velas el bajel de las cúpulas?
Llueve sobre las torres leoninas. Las cajas
wagnerianas redoblan la foscura del trueno.
Estoy mojado y sólo en la seo pulquérrima.
Tu inoportuna gloria me relega a la banca.
Los jugos del verano, la higuera de olor dulce,
el amor y la venta de sus buhonerías
huyen en el respiro de los fuelles sonoros
y en el goteo de lámparas pluviales relucen.
No me tendrás ahora aunque la lanzadera
del rayo urda púrpuras en los altos vitrales
y rielen tus hoces por la osamenta rígida.
Mi alma es un vagido tenue y no te desea.
Pablo García Baena