LXV
¡SIÉMBRATE!
Sacude la tristeza y tu ánimo recobra,
no quieto mires de la fortuna la rueda
cómo gira al pasar rozando tu vereda
que a quien quiere vivir vida es lo que le sobra.
No haces sino nutrir esa mortal zozobra
que así en las redes del morir lento te enreda,
pues vivir es obrar y lo único que queda
la obra es; echa, pues, mano a la obra.
Ve sembrándote al paso y con tu propio arado
sin volver la vista que es volverla a la muerte,
y no a lo por andar sea peso lo andado.
En los surcos lo vivo, en ti deja lo inerte,
pues la vida no pasa al paso de un nublado;
de tus obras podrás un día recogerte.
Salamanca, 10-X-1910.
Miguel de Unamuno