LXVI
AL DIOS DE ESPAÑA
Sólo las patrias son la gran escuela
del ideal de la hermandad humana,
pues de las patrias es de donde emana
la fe en nuestro destino, la que apela
al Dios de todos. Aunque su faz vela
del Sinaí en las nubes, Él se allana
a dar sus tablas a Moisés y arcana
antes su ley en patria se revela.
¡Oh Dios de Covadonga y Roncesvalles,
Dios de Bailén, señor de nuestra hueste,
que tu nombre por tierras y por valles
bendigan de esta España y la celeste,
y en confesarte único no acalles
mi voz mientras su aire ella me preste!
Salamanca, 10-X-1910.
Miguel de Unamuno