LXII
ATEÍSMO
Quidquid cogitari vel desiderari potest
est minus quam Deus.
Sto. Tomás de Aquino: Opusc. VII, 4.
Cómoda acusación la de ateísmo
para traer a un simple al estricote,
mas ello se reduce a un mero mote,
que es el de Dios un insondable abismo,
en que todo es al cabo uno y lo mismo
y no hay por tanto quien de él agote
contrasentidos; en un pasmarote
hánosle convertido el catecismo.
Tomamos como fe a la esperanza
que nos hace decir: «¡Dios, en ti creo!»
cuando queremos creer, a semejanza
nuestra haciéndole. Dios es el deseo
que tenemos de serlo y no se alcanza;
¡quién sabe si Dios mismo no es ateo!
Salamanca, 6-X-1910.
Miguel de Unamuno