SEMEJANZA
Estoy amando en ella un parecido:
su parecido ilustre con aquella
cuyo armonioso cuerpo de doncella
es el altar fragante de Cupido.
Parecido tan fiel y tan cumplido,
que no sé de las dos cuál es más bella:
la de los ojos de lucero adormecido
o la de ojos nostálgicos de estrella.
Manos, boca, nariz, sienes, cabello,
son lo mismo en la dos sin que en ninguna
haya un rasgo inferior ni otro más bello.
Semejanza tan grande que me abisma
y que háceme sentir, si pienso en una
y luego en otra, que pensé en la misma.
Miguel Rasch Isla