TENGO EL PODER DEL DÉBIL
Es de noche,
sé que afuera
palabras como ratas
comercian con la sombra.
Sé que nadie me mira,
pero yo,
abro todas las puertas
de la ciudad.
Tengo el poder del débil...
Soy el hambre.
Soy espacio.
Soy distancia...
Desde mi calabozo, yo golpeado,
me ensancho en ondas como campana herida,
o como grito preso que entra como una fantasma
a sorprender alcobas de puertas imposibles
y espadas insaciables.
Pero aún es de noche.
Hay ratas todavía...
Usan aún la noche la sotana y la toga.
Vuelvo a mi lecho ahora,
para ver si dormida dejé allí la mañana...
Manuel del Cabral