NUESTRO CANTO NO CABE EN LAS BANDERAS
Sólo el cráneo de un pan está pensando...
Panteras se ponen a comer mariposas
que no sospechen...
crece una hormiga hasta ponerse gente...
Nos saluda una voz en la pantalla,
pero la voz jamás nos vio la cara.
Se nos va por el aire, por alambre, por miedo...
El hombre se nos muere y no lo sabe.
Mirad allí, al difunto,
está enterrado entre comodidades;
se muere de cojines, de besos asustados;
se muere de invisible...
Se mueren de confort profundidades.
Es ésta la terrible, la atómica inmediata.
Hay que encontrar al hombre...
El hombre ya que se nos va en fragmentos;
su conciencia es de grupo, su yo grupo;
si hablan muchos, es él...
si se muere, no es él...
Pide amor el abismo... Es ésta nuestra carta.
Nuestro canto no cabe en las banderas,
ellas caben mejor en nuestro canto.
Nuestro canto es la atómica invertida.
Es ésta nuestra carta.
Yo soy el primer muerto de la tierra.
y vengo de juntar todos los odios,
todos caben en uno...
Este odio que ama, levantará el cadáver.
Manuel del Cabral