MARTA
XX
¡Estrellas que me oís desde la obscura
profundidad del infinito cielo!
Respondedme: era un ángel... ¿y alzó el vuelo?
o era una estrella... ¿y regresó a la altura?
¿En dónde está la mística criatura
que un instante detúvose en el suelo,
por derramar amor, paz y consuelo,
en esta alma repleta de amargura?
¿En dónde está?... Si me la habéis robado
para hacerla lucir en vuestro coro,
¡devolvédmela ya! ¡Ved mi agonía!
O, al menos, destrenzad vuestro peinado,
que yo sabré, por el caudal de oro,
cual de vosotras es... ¡la estrella mía!
Julio Flórez