MARTA
XV
¡Aún escucho el lastimero grito
que se arrancó de su garganta! El hondo
¡ay! de dolor, que resonó en el fondo
de mi ser.... ¡y perdiose en lo infinito!
¿Por qué no regresé? ¿Por qué, ¡maldito
de mí!... triunfante, como ayer, no escondo
mi ardiente; faz entro su pelo blondo?
¡Yo la maté!... ¡Qué infame mi delito!
La noche se espesaba. Mi cabeza
ardía como un horno; ¡mis pupilas
goteaban!... Un soplo de tristeza
¡me congelaba el corazón! Desierto
estaba todo: negras y tranquilas
las calles... ¡Subí al tren que iba hacia el puerto!
Julio Flórez