CARNADA
Pasamos la vida llevando a cuestas un desconocido: nuestro cuerpo. Tomamos la parte por el todo y de él sólo conocemos la superficie, el revestimiento.
El verdadero cuerpo está por dentro, invisible. No adquirimos conciencia de su estar hasta que la enfermedad nos obliga a percibirlo. Antes nadie se imagina el corazón, el cerebro, los pulmones, el páncreas... secretas maquinarias que lo sostienen en vida y de cuyo arbitrio depende tanto como del azar exterior. Toda esa ordenación sin reposo será al final carne de la nada, carnada de la muerte.
José Emilio Pacheco