JOSÉ ANTONIO GALÁN
(Ahorcado en Santa Fe de Bogotá,
por los españoles, en Enero de 1782)
De «El Pienta» al «Suárez» y hasta la alta sierra
Rebelde levantó puño de acero.
Dejó la azada y se trocó en guerrero;
Y cuando ceden todos, clama guerra.
Contra asechanzas e imposibles cierra,
El aire su pendón de «Comunero»,
Y se alza ante la muerte, rudo y fiero,
Cual risco erial de su nativa tierra.
Y al lanzarlo el verdugo en el vacío,
De lo alto de la horca, maniatado,
La faz adulta y el mirar sombrío,
Al salto se apresura, y más lo ahoga
La ira ante el intento fracasado
Que el nudo corredizo de la soga.
Ismael Enrique Arciniegas