ANTONIO RICAURTE
Calavera, burlón y algo alocado
Siempre Ricaurte fue, pero valiente;
Y un día, con Bolívar que iba al frente,
Se marchó a Venezuela uniformado.
De «San Mateo» brilla el sol. Cercado
Se ve el parque. Bolívar, impaciente,
Al cerro se lanzó, como demente,
Y gritó entonces: «¡Todo está acabado!»
Y respondió Ricaurte: «Dondequiera
Fama dejando voy de calavera....
Pues verán lo que haré sin gran trabajo».
Y fuego al parque le prendió. Subía,
Y en las nubes, riéndose, veía
Su castillo de pólvora aquí abajo.
Ismael Enrique Arciniegas