LÁPIDA SEPULCRAL
«1700» dice la piedra abandonada;
«1720» después. La piedra rota
Agrega: «Mari...» Fúlgida visión entonces flota,
Flota en el pensamiento como visión soñada.
María... ¡Ya dos siglos! ¿Quién fuiste, flor tronchada?
Tu nombre mutilado, como una esencia ignota
Viene a evocar ensueños desde una edad remota...
¿Quién fuiste? ¿Blanca y rubia? ¿Bella y de azul mirada?
Te veo, y me imagino tu plácida agonía...
En mañana de lluvia, tu faz reflejaría
La luz ultra terrena con que soñó tu anhelo;
Y serías entonces como incienso que sube,
Como aroma de lirio, como callado vuelo,
Y como en alba de oro, níveo copo de nube.
Ismael Enrique Arciniegas