LA MISIÓN DE JULIO
Ojo de Vidrio, dijo: «Julio, pon tus asuntos
en orden, prepárate para hacer un viaje.
Saldrás de madrugada en misión especial.
Cuatro compañeros irán contigo. No debes contárselo
a nadie. No te despidas de tu mujer ni de tus hijos.
Cuando estés en la puerta, diles: Ahorita vengo.
Saldrás todavía oscuro en una camioneta negra.
Aquí están las llaves. Cuatro halcones irán contigo.
En un jeep partirán antes peinando el horizonte.
Cogerás la Sierra Madre. Dormirás a la intemperie.
Por los ranchos pasarás sin detenerte.
Encuentres a quien sea, no te pares,
sigue de largo, no vuelvas los ojos para ver a nadie.
Al coronel en el retén muéstrale tus documentos.
No abras la boca. Te dejará pasar.
Así el sargento, así el capitán, así el policía federal.
Todos saben que vas de mi parte. Cuando en la carretera
te des cuenta que no te sigue el jeep de los halcones,
no te sorprendas, estás cerca del búnker
de El Hijo de la Muerte. Síguete de frente
hasta topar con pared. Hallarás una puerta pequeña
detrás de la cual está una propiedad amurallada, entra.
No te asustes por el trazo circular de las calles que llevan
a ninguna parte. Son arterias engañabobos.
Ingresarás a la mansión por la puerta de la izquierda.
Estará vigilada. Los guardias te apuntarán al corazón
y a las sienes con rifles de asalto. No tengas miedo.
Cuando pases por el zaguán pretende que no estánallí.
O que los pistoleros son jardineros o cocineros.
Sigue tu instinto. No vayas a dar un paso en falso
o a mostrar curiosidad, porque te mueres.
Cuando estés delante de El Hijo de la Muerte
dale este paquete cerrado, y si él te pregunta
si contiene dinero, drogas o armas,
responde que ignoras su contenido y que no sabes
el nombre de la persona a la que le estás dando el paquete.
Y si como distraído te pregunta si te detuviste
en el camino para comer o pasar la noche, dile que no,
que trajiste comida y bolsa de dormir. Y si por casualidad
te cuestiona sobre quiénes eran los militares que hallaste
en los retenes responde que no los viste,
que unos hombres te dejaron pasar y no tienes la más
mínima idea de cómo eran ellos.
Cuando acabado el interrogatorio y entregado
el paquete El Hijo de la Muerte te diga que pasarás
la noche en el viejo establo, y dos guardias te conduzcan
fuera de la mansión, no al establo, sino a una mazmorra
oscura, y te digan que no te darán de comer ni de beber,
pero que todo el aire que hay allí es tuyo, acéptalo,
porque en ese momento habrá terminado tu misión».
Homero Aridjis